Retrato de un perverso narcisista

Para escapar de una relación tóxica y devastadora, primero hay que identificar lo que sucede. Jean-Charles Bouchoux, autor de Los perversos narcisistas (ed. Arpa), analiza a fondo el funcionamiento de los perversos narcisistas, cómo envuelven a sus víctimas, siempre con lazos cercanos, dando las claves para identificarlos y, por tanto, para salir de un infierno.

¿Cómo se puede saber si tenemos metido en nuestra vida un perverso narcisista... antes de que sea demasiado tarde?

En una pareja la primera pregunta que uno debe hacerse es si se está bien con esta persona. Si no se está bien y se plantea la cuestión, él o ella (el perverso/la perversa) dirán que sí lo están y que la culpa de todo lo que sucede es del otro. Son personas que usan mecanismos de defensa psíquicos y el primero es la proyección. Tú eres culpable de lo que la otra persona es. Como no soporta el conflicto interior, lo proyecta en el otro.

Qué otros rasgos definen a estas personas. El perverso no ha encontrado en su infancia un reflejo lo suficientemente bueno como para construirse y para compensarlo desarrolla una imagen desmesurada de si mismo. Conviven así una escasa autoestima y una idea exagerada de la propia imagen que se nutre de desvalorizar al otro. Pero esta fase de desvalorización normalmente está precedida de una de seducción para bajar las defensas de su víctima o viceversa, la denigra y la vuelve a buscar. Con su forma de actuar siembra confusión en la víctima, que se instala en una paradoja entre lo que oye y lo que percibe.

¿Se sacude de encima todas las culpas?

Todo lo que le supone un conflicto interior lo va a proyectar sobre el otro. Lo ejemplifico con el caso del coche, sencillo y claro. Una mujer sube al coche de su marido, y este da marcha atrás y topa con el coche de la mujer que está detrás. Inmediatamente la increpa a ella por haber aparcado allí. No puede soportar ninguna mancha en la imagen perfecta que quiere dar de si mismo. Corta en dos quien es perfecto (él) y lo otro. Niega sus responsabilidades. Son manipuladores y mentirosos. Pueden ser infieles y celosos. A pesar de carecer de valores propios, utilizan los de los demás para alcanzar sus objetivos. Hay tanto hombres como mujeres.

¿Cómo se fraguan estas personalidades conflictivas?

Se debe a una angustia de abandono, la idea de que si no se es perfecto se va a ser abandonado. Hay que aceptar que no somos perfectos, que tenemos defectos.

¿Hay muchos? Todos podemos tener mecanismos perversos, el problema es que en “el perverso” toda su personalidad se construye en torno a estos mecanismos. Si una persona utiliza en alguna ocasión alguno de estos mecanismos, después sufre y se arrepiente. El perverso narcisista, aunque debería sufrir, no lo hace. No tienen capacidad de ponerse en el lugar del otro, que considera un objeto de su conveniencia.

Usted señala que convivir con una persona así puede llevar a la depresión, a la despersonalización, a anularse. Sí, se anula a sí misma. El perverso siembra confusión y la víctima vive en un estado de alerta, se vuelve desconfiada, siente un peligro que no sabe localizar. En función del grado de relación, esta situación puede llevar a la depresión, la tentativa de suicidio, la violencia (como forma de expulsión de la toxicidad del perverso), a la despersonalización. La destroza. También puede haber una somatización, con una enfermedad física

¿Todo el mundo puede ser víctima?

Suelen ser personas generosas, sinceras, amables, con confianza en la relación pero pecan de ingenuidad. Les falta confianza en ellas mismas y buscan una relación que les ayude a estructurarse. Son demasiado empáticas y responsables. También es protectora, consuela y quiere complacer. Y puede ser orgullosa, lo que le impide verse a sí misma como víctima. Normalmente son personas que tienen una “falla”, una carencia estructural. Si por ejemplo, cuando eran pequeños sus padres les hacían sentir culpables, puede que funcionen siempre con esta carencia.

¿Es más frecuente topar con un perverso narcisista en el ámbito de la pareja, o sucede también con otro tipo de relaciones?

Siempre hay un lazo difícil de romper. Un padre, un empleador, una pareja...

Define a los perversos narcisistas como personas amables, simpáticas de cara al exterior. Sí, dan una imagen perfecta, son seductores y difíciles de detectar en la vida real, pueden fingir compasión y simpatía. Si no tuviesen víctima, se tambalearían, porque tendrían que asumir una serie de errores propios. Por ello, la víctima necesita normalmente de alguien neutral (un amigo) para que le explique lo que está pasando.

Hay que salir corriendo. Sí, es lo que hay que hacer, poner distancia. El perverso puede volver a llamar, a decir cosas agradables, a embaucar. Por ello no hay que responder, pero generalmente las víctimas contestan y el otro te va a decir exactamente lo que quieren oír. Si no encuentran sustituto, insisten con la víctima.

Dice que si son dejados pueden tener tendencias suicidas. Uno puede preguntarse qué pasa si dejo a un perverso narcisista, y lo primero que hemos de responderle es que no es su problema. La víctima debe cuidar de sí misma, salvarse. Pero los perversos presienten que pueden ser dejados, y habrán buscado a alguien sustituta. Si no, se dejarían morir. O es el primer paso para que se encuentren de cara con ellos mismos y afronten el problema.

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