Mobbing, acoso moral en el trabajo
- almasegoviayasocia
- 4 mar 2016
- 2 Min. de lectura

Mobbing. Por término medio pasamos, cuando menos, un tercio del día trabajando y teniendo en cuenta que otro tercio lo podemos pasar durmiendo, es mucho el tiempo que dedicamos a esta tarea. Según sea el ambiente laboral que vivamos, es evidente que nos influirá en el ánimo, en nuestra capacidad para disfrutar de otras actividades externas, en la capacidad para resolver responsabilidades familiares, etcétera.
En ocasiones la forma de ser de los compañeros favorece el buen trato y la comunicación, pero en otras la situación económica de la empresa, las rencillas cotidianas, el despotismo de algunos jefes… produce malestar y cronifica conflictos. Centrémonos en un tipo de conflicto laboral bastante frecuente: el mobbing. Este concepto hace alusión al acoso que en ocasiones una persona se ve sometida en el ámbito laboral por parte de compañeros y jefes. La estrategia consiste en intimidar al compañero creando alrededor suyo vacío y desprecio, así con el tiempo va llegando el desgaste psicológico hasta poder acabar con el autodespido, que es el objetivo del acoso. Entre las estrategias que se llevan a cabo para presionar a la víctima está el desacreditar, recortar al máximo su ocupación laboral, cortar la comunicación de la víctima con el resto de su entorno, etc.
Las personas que sufren habitualmente el mobbing, son trabajadores que generan envidia
Suelen ser a diferencia de lo que podría intuirse, personas éticas, independientes, muy trabajadoras, cooperativas, de vida personal y familiar satisfactoria. Normalmente este tipo de acoso se da en empresas en las que no se suele echar a los empleados, por ejemplo la administración o las instituciones públicas, o cuando el despido implica una alta indemnización. Dejar sin funciones o sin despacho a una persona que hasta ese momento desempeñaba tareas relevantes, no es echarlo, pero abre las puertas a aquellos que le tenían envidia, o se habían callado durante años sus desacuerdos, facilitando el acoso.
Por supuesto previamente a sufrir presiones laborales: gran cantidad de trabajo, jefes exigentes, conflictos con compañeros, mobbing… puede ya existir ansiedad, tristeza, depresión, pero en otros casos estos problemas laborales pueden ser el principio del malestar y acabar en serios problemas psicológicos.
A algunas de las personas que sufren este tipo de acoso quizás no les compense el malestar, pero otras muchas no pueden permitirse dejar su trabajo. Siendo así la presión aumenta por no encontrar ninguna salida. Esta situación puede durar años, es en estos casos cuando la persona tiene que buscar soluciones a su malestar fuera del trabajo. Si a parte del trabajo se tiene una vida personal satisfactoria podremos compensar y relativizar la presión.
A modo de prevención para evitar caer en el mobbing es recomendable realizar actividades fuera del trabajo
Buscar apoyo emocional en la familia y amigos, no caer en las provocaciones, realizar ejercicio y buscar ayuda profesional si es necesario.
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